lunes, 6 de abril de 2009

Do you trust me enough?







































Cuando comencé a ver esta serie, Maria Sama ga Miteru, hace ya cinco años, con sentimientos más que encontrados, no podía imaginar que las dos temporadas originales de 13 episodios, llegarían a transformarse en cuatro, con posibilidades de alcanzar una quinta.

Pero no había razón por la que sorprenderse, las novelas originales (no olvidemos, escritas por una señora para un público juvenil femenino) desde un principio han sido literatura de consumo sin mayores pretensiones, excepto las de conseguir dinero. Un objetivo que han cumplido plenamente y que lleva a que sus promotores traten por todos los medios de ordeñar al máximo la vaca, ofreciendo siempre la misma fórmula a un público que no espera ni desea sorpresas, aparte de sacar al mercado un sinnumero de productos asociados que permitan obtener aún más beneficio.

Un umbral que la serie de novelas ha cruzado hace ya años y un saco en el que descuidadamente se podría guardar la serie animada, como un producto asociado más, sin interés alguno

Pero el caso es que las adaptaciones suelen dar sorpresas. No por nada especial, sino simplemente por la necesidad de transferir lo creado en un medio a otro bien distinto, en este caso de la palabra a la imagen, una tarea en la que alguien con un poco de talento, con un poco de sensibilidad para darse de cuenta de como las imágenes alcanzan allí donde las palabras se quedan cortas y puede hacernos ver lo que sería imposible de otra manera, como es el caso de este viaje hacia lo desconocido, en el que uno de los personajes decide confiar en el otro de manera casi absoluto.

Algo que los directores visionarios son incapaces de vislumbrar.

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