domingo, 2 de julio de 2017

La lista de Beltesassar (CLXXVIII): Milk of Amnesia (La leche de la amnesia, 1992) Jeff Scher



























Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Milk of Amnesia (Leche de Amnesia, podría ser la traducción) corto realizado en 1992 por el animador independiente/experimental americano Jeffrey Scher.

En comparación con el corto de la semana pasada, Oktapodi, nos hemos movido aquí a un ámbito completamente distinto. No hablamos ya de un colectivo reunido para producir una obra de graduación, sino de un creador en solitario con una carrera que abarca varias décadas, de los años 80 a la actualidad. No se trata, por tanto, de un intento fallido que no tendrá continuidad, sino de un producto con unas claras señas estilísticas, de las que este corto es un paso más en un proceso de refinado y perfección. Un estilo, además, que se decanta por la experimentación declarada, hasta casi rozar la abstracción.

Un artista con pretensiones, por tanto. Con el talento necesario para plasmarlas en imágenes y con la habilidad suficiente para conseguir mecenas que financien sus experimentos. Sin embargo, al igual que esos otros cortos de un sólo uso y repercusión nula, apenas conocido fuera del circuito de festivales, las exposiciones de los museos o los pocos aficionados a la animación dispersos por el mundo. Otra isla desconocida más, perdida en un océano apenas cartografiado, donde uno debe orientarse por el rumor o por el avistamiento afortunado.

Pero basta de lamentaciones que de nada sirven. Volviendo a Milk of Amnesia, lo característico de este corto - y del resto de la obra de Scher, por lo que leo - es llevar al extremo lógico la definición del arte animado. Normalmente, se suele considerar que una obra pertenece al campo de la animación, cuando el artista actúa sobre la imagen fotograma a fotograma. No importa tanto que la imagen sea real o dibujada, muñecos o creada con un ordenador, sino que la secuencia de movimientos haya sido construida paso a paso, en vez de rodada de un tirón, capturada de la realidad, y luego montada. Scher subraya esta diferencia entre cine y animación convirtiendo cada fotográma en distinto a los que le anteceden y preceden, casi como si hubieran creado por artistas distintos.  Se quiebra así la fluidez de los movimientos que se ve continuamente interrumpido, pero al mismo tiempo se le refuerza, puesto que nos hace más conscientes de él.

No es su única traición fiel, fidelidad traidora. Sus cortos suelen partir de imágenes reales a las que se las somete al proceso de rotoscopiado, es decir, se pinta directamente sobre ellas, para convertirlas en animación. Lo que suele ser una manera barata de animar, al alcance de cualquiera, normalmente con resultados mediocres, es aquí utilizado como excusa para desplegar el estilo característico de Scher, al mismo tiempo que se subraya esa condición anfibia de su arte, la continua contradicción y síntesis que fundamente su estilo. No se detiene, por tanto en la descomposición extrema del movimiento,  subrayada incluso con anotaciones escritas sobre el mismo fotograma, de la que ya habíamos hablado. Si nos movemos a un nivel superior, al de las viñetas animadas que se encadena, veremos que Scher utiliza secuencias banales, anodinas, incluso las repite en bucle, pero sin que de ellas se deduzca un orden superior, una conclusión que las justifique, más allá del mero caleidoscopio, del ensueño casi psicodélico.

O quizás es eso, precisamente. Nuestra vida no es otra cosa que ilimitada sucesión de rituales, repetidos con mínimas diferencias, sin otra repercusión e importancia que mantener el motor en marcha. Casi como este corto, en el que asistimos siempre a lo mismo, pero en infinitas variaciones. en donde, llegado un momento, podríamos pensar en estar soñando despiertos, incluso en transportarnos a un mundo nuevo y renovado. El de las películas que, repentinamente, empiezan a ser citadas.

No les entretengo más. Como siempre, les pego aquí el corto. Obra notable, mayor, de un artista del que no tenía referencias y del que pienso verme su obra entera, en cuanto tenga un rato.


Milk of Amnesia from jeff scher on Vimeo.

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