domingo, 1 de octubre de 2017

La lista de Beltesassar (CLXXXVIII): Game Over (2006) PES






















Como todos los domingos, continúo con mi revisión de la lista de cortos animados realizada por el misterioso profesor Beltesassar. Esta vez ha llegado el turno de Game Over  corto  realizado en 2006 por el animador neoyorquino conocido como PES.

El estilo de PES es inconfundible. Su animación utiliza objetos cotidianos y los saca de su contexto, recreando con ellos otras situaciones no menos cotidianas. Sillones y sofás, por ejemplo, se embarcan en apasionadas historias de amor. Los alimentos se convierten en armas de destrucción con los que entablar guerras, o al contrario, las armas se convierten en alimentos con los que elaborar deliciosos platos. O como es el caso de Game Over, juguetes, alimentos e insectos se transforman en personajes de los primeros videojuegos, aquéllos de los años ochenta. 

Para cualquier aficionado a la animación, este modo tiene especial atractivo. Muchos nos enamoramos de esta forma por su capacidad resucitadora, si ésa es la palabra correcta. La animación, en su variante de fotograma a fotograma, ofrece la capacidad de dotar de vida a los objetos inermes. Magia al alcance de todos, que entronca con las antiguas leyendas que suponen una vida propia a los objetos, despertada en cuanto nos damos damos la vuelta. Toda una sociedad de las cosas, cuya jerarquía poco tiene que ver con la que nosotros imponemos, pero donde todas nuestras pasiones, del amor a la guerra, se ven reflejadas.

El universo, por tanto, cobra vida en los cortos de PES, pero no como un reflejo de nosotros mismos, o al menos no como copia directa. El rasgo característico de esta animador es, precisamente, la descontextualización. Funciones y comportamientos se asignan sin tener apenas que ver con la utilidad y finalidad de esos objetos, de lo que surge un primer chiste, la discordancia entre lo que vemos y lo que suponíamos a esas cosas, antes de ser animadas. Sin embargo, esa disociación no es completa, siempre quedará un rasgo común a ambos mundos, el real y el recreado. Normalmente es la forma, como esos huevos fritos que se transforman en los ojos del fantasma, o en otra sección de Game OVER, los escarabajos que se transmutan en naves espaciales.

Tenemos así dos cadenas de chistes, dos vías para el lucimiento: La metamorfosis de unos objetos en otros, seguida del vínculo tenue que permite que sigan siendo ellos mismos, una pelota una pelota, una pizza una pizza. Hay un tercero más, el propio reto imaginativo en realizar esas traducciones, que se transmite al espectador en forma de goce, cuando se descubre lo bien que han sido resueltas. Porque como en muchos otros cortos animados, en las obras de PES queda al descubierto la trampa y el cartón, decorados y bambalinas. En todo momento presenciamos lo que el animador hace y casi nos sentimos tentados a emularlo, engañados por su facilidad.
Que no es tal, como bien sabemos, pero que disfrutamos igual. Como lo hacemos en presencia de un buen prestidigitador o de un artista con tablas. Aquellos que saben como ganarse el público y hacerle resonar con el mínimo de recursos.

No les entretengo más. Como siempre, les dejo aquí el corto. Obra notable de un creador al que admiro profundamente. Por esa facilidad en conseguir imposibles. Por hacerlo con objetos que están al alcance de todos. En nuestras cocinas, en nuestras mesas, en nuestros armarios.

3 comentarios:

Riberaine dijo...

Muy interesante ,son vídeos que no sabía ni que existían.

David Flórez dijo...

Es un creador sorprendente, de gran imaginación y recursos, aunque sus últimos cortos no me han acabado de convencer

Riberaine dijo...

Hay pocos artistas que no tengan bajones.